Una extinción en masa ocurre cuando un gran número de especies mueren, en un período relativamente corto, como resultado de eventos naturales como: megaterremotos, erupciones masivas de volcanes, impactos de objetos extraterrestres o períodos glaciales prolongados, entre otros. Dichos eventos, al ocurrir con una gran fuerza en un lapso corto de tiempo, generan un cambio en el medio ambiente tan grande y rápido que evita que las especies se puedan adaptar.
En los últimos 500 millones de años en la Tierra se conocen al menos cinco (5) eventos de extinciones en masa identificados por los geólogos. La última extinción fue famosa por haber diezmado los dinosaurios (además del 75% de otras especies) y su origen más probable fue la colisión de un asteroide de 10 km de ancho cerca a la hoy península de Yucatán.
En su libro La Sexta Extinción: Una Historia nada natural, Elizabeth Kolbert, periodista ganadora del premio Pulitzer en 2015 por esta obra, concluye que la humanidad está presenciando y causando una sexta extinción.
A diferencia de los eventos naturales anteriormente nombrados, que por su magnitud pueden extinguir una especie, las actividades del ser humano durante su existencia en el planeta han degradado los ecosistemas, a tal punto que la viabilidad de la vida del hombre en el planeta puede verse afectada.
El Antropoceno
La comunidad científica ha determinado que desde hace ya varios años entramos en un nuevo período de la historia en la Tierra: El Antropoceno. Esta época geológica es dominada por el hombre y se caracteriza por la huella que estamos dejando en el planeta. La atmósfera , el clima, los océanos no son los mismos que antes y el hombre es el precursor de este cambio. Estamos siendo los agentes de la sexta extinción y, de paso, arriesgándonos a convertirnos en sus víctimas.
Dos ejemplos de la escala y velocidad del cambio en la Tierra por causas humanas son el calentamiento global y la acidificación de los océanos.
Primero, estamos modificando nuestra atmósfera, debido a la emisión descontrolada de gases de efecto invernadero (como el CO2) que conllevan al calentamiento global.
View of dried cracked mud in Nanchang,China – Background photo created by fanjianhua – www.freepik.com
View of dried cracked mud in Nanchang,China –
Un planeta más caliente (entre 2 y 4 °C) para mediados y finales de este siglo conlleva, entre muchos otros a:
• La aniquilación de miles de especies de fauna y flora a ritmos de extinción 10.000 veces mayores de los normales y con un impacto más sentido en el trópico (donde habitan la mayoría de las especies y nosotros) que en el ártico.
• El aumento de los niveles de los océanos, haciendo inhabitables estados islas y ciudades costeras.
• Refugiados y migrantes climáticos ya que muchas partes del Medio Oriente, África, América y Asia serán tan calientes que el hombre no podrá habitar en ellas, ni se podrá cultivar alimentos en estas zonas.
Segundo, estamos afectando la química de nuestros océanos. La acidificación de los océanos es la hermana gemela maligna del cambio climático y, a diferencia de éste que tiene detractores, no admite evidencia en contrario pues es tan simple como hacer una prueba de pH.
Trash on sand beach showing environmental pollution problem – Water photo created by jcomp – www.freepik.com
Los océanos, como los bosques y junglas, atrapan CO2, pero un aumento del CO2 en el agua causa acidificación. Un océano más ácido afecta radicalmente el ecosistema marino y una de sus víctimas son los corales: organismos vivos del que dependen o donde viven en algún punto de sus vidas el 25% de las especies marinas. Para regenerarse y reproducirse (son como árboles con insectos) necesitan un nivel de agua menos ácido. Desafortunadamente, los arrecifes de coral como La Gran Barrera van a ser el primer ecosistema principal en extinguirse ecológicamente.
Al calentamiento global y la acidificación de los océanos se suman otros comportamientos que acaban con el planeta: la redistribución geográfica (especies invasoras que llevamos de un lado a otro, deshaciendo siglos de separación evolutiva), la fragmentación de ecosistemas, la deforestación, los monocultivos y el uso de fertilizantes, el fracking, la sobrepoblación, el consumo exagerado de carne animal, el uso indiscriminado de plásticos, la pérdida de insectos y polinizadores y los fósiles tecnológicos (desecho de aparatos tecnológicos obsoletos), por dar unos ejemplos que vienen siendo socializados en redes y artículos.
Si se compara la historia de la tierra con un año calendario los humanos únicamente hemos existido por aproximadamente 37 minutos y en los últimos 0.2 segundos (30 años) hemos modificado 33% de los recursos naturales de la Tierra¹. Dicho esto, es claro que los eventos de extinción masivos pueden ser causados por el hombre y en el Antropoceno los humanos somos el asteroide y el causante de la sexta extinción.
Hay quienes piensan que nuestro ingenio nos va a salvar de la sexta extinción vía la geoingeniería: planes de intervención a gran escala en los océanos, los suelos y la atmósfera con el fin de reducir los efectos del calentamiento global. Por ejemplo, desarrollar un coral resistente al calor y la acidificación –la mitad de los científicos australianos están en eso hoy en día– o colonizar Marte como lo propone Elon Musk. Pero estas son soluciones tipo Frankenstein (en línea con la paradoja del creador) que no sabemos si nos van a servir y si nos van a gustar.
Entonces la pregunta es: ¿hay algo que podamos hacer?
Sugiero empezar por negar el estatus especial de la humanidad. Esto suena muy sofisticado, pero no es otra cosa que dejar de creernos dueños y señores de la Tierra. Somos parte y dependemos de ella. Hay que migrar del EGO-sistema (donde yo domino a los demás) al ECO-sistema (donde soy igual y respeto las diferencias).
Soy un convencido del desarrollo de las energías renovables y no contaminantes, para el desarrollo de ciudades y comunidades sostenibles y la lucha contra el cambio climático. Empecemos por creer que La Solución es Verde y desde lo que hagamos tratemos de vivir en línea con esta filosofía.
Segundo, creo que la mayoría de nosotros somos complacientes y tenemos la falsa creencia de que el cambio climático es algo que sucede muy lentamente, en otro lugar y que es una amenaza menor a nuestro estilo de vida. No puede estar más equivocado el que piense así y el objetivo de este blog es visibilizar esta problemática.
El foro económico mundial en 2020 estableció que el 50% de los principales riesgos en términos de probabilidad de ocurrencia son climáticos: los eventos extremos climáticos, pérdida de biodiversidad, la falta de acción frente al cambio climático, las catástrofes naturales y los desastres naturales causados por el ser humano.
Hay que pasar del movimiento ambiental a la acción y sin pretender ser científico (no lo soy) creo que la información es poder y espero que este tema lo mueva tanto como a mí.
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¹https://www.theworldcounts.com/challenges/climate-change/global-warming/global-co2-emissions
