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América Latina sólo conoce una parte de sus emisiones

By septiembre 4, 2020febrero 27th, 202166 Comments

“La información es poder”, poder de decir, de tomar decisiones y de actuar. Esta frase no puede ser más relevante para el sector ambiental, el cual requiere acciones basadas en información veraz y en las manos adecuadas. La baja calidad del aire que actualmente se presenta en la región está relacionada, entre otros factores, con la falta de control del uso de los combustibles de origen fósil en procesos productivos y en la movilidad. Es importante desarrollar e incentivar tecnologías de medición para construir sistemas de monitoreo que puedan ser utilizadas por la sociedad, tanto a nivel urbano como rural.

 

El nivel de las emisiones de dióxido de carbono

A pesar del desarrollo e implementación de sistemas de energía renovables como los biocombustibles, los sistemas fotovoltaicos y los parques eólicos, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y material particulado (PM) siguen siendo altas sobre todo en países en vía de desarrollo. Estas cifras están acordes con el índice de calidad del aire ICA desarrollado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA), el cual tiene un rango de 0 a 300, siendo 0 bueno y 300 malo.  Ciudades altamente densificadas como Tajein en Corea del Sur, Shikarpur en India, Teherán en Irán y Wuwei en China, tienen un ICA entre 201-300, debido a que las industrias y el transporte aún siguen utilizando combustibles en base al carbón o el petróleo.

 

América Latina, no es la excepción. Capitales como Bogotá, Lima, Santiago y Ciudad de México tienen un ICA entre 150 y 200 debido, en parte, a que son ciudades que cuentan con industrias que no han tenido una reconversión tecnológica. Otra razón de la mala calidad del aire es que existen empresas que aún funcionan con calderas alimentadas de combustibles fósiles. Sumado a esto, está la migración de la población rural hacia las ciudades en busca de mejorar su calidad de vida. Al aumentar el número de habitantes por ciudad, se aumenta la demanda de transporte que, si no es planificada de una manera adecuada, puede generar problemáticas ambientales como la afectación a la calidad del aire por el aumento de emisiones de CO2, PM, dióxido de azufre (SO2) ozono (O3) y óxidos de nitrógeno (NOX) (Mayorga C., 2020).

 

Por eso es imperativo masificar el uso de combustibles de origen vegetal como los biocombustibles, para reducir las emisiones generadas a la atmósfera. Estos se fabrican a partir de aceites de palma, coco, basuu, jatropa y hasta de residuos de aceite usado, mediante procesos o transformaciones químicas. Para incentivar su uso, es importante contar con sistema de monitoreo del aire, con el fin saber y definir acciones a implementar, que permitan a los combustibles renovables reemplazar paulatinamente el uso de los combustibles fósiles. Conocer en tiempo real la cantidad y efecto de los contaminantes en el aire, ha permitido a algunos países ajustar sus legislaciones para tomar acciones en pro de la sostenibilidad. Ejemplos de ello son México y Chile, los cuales han cambiado sus regulaciones recientemente. En estos países, la legislación se modifica cada dos o tres años, mientras que en otros países latinoamericanos se modifica cada diez a quince años (Morantes, Pérez, Santana, Rincón, 2016).

 

¿Cómo se mide la contaminación en América Latina?

La contaminación del aire está directamente relacionada con la salud. Según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada nueve muertes está relacionada con la calidad del aire, en especial por contaminantes como el material particulado de tamaño entre 10 y 2,5 micrómetros.

 

En América Latina según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), hay pocas estaciones de monitoreo de calidad del aire. De los 33 países de América Latina, sólo 17 cuentan con estaciones oficiales (Morantes et al., 2016). En Colombia, los sistemas de medición son más robustos en las ciudades principales. En las ciudades pequeñas y zonas rurales los sistemas son deficientes, por lo tanto, hay un panorama desconocido.  La vigilancia de calidad del aire de los países cuenta con dos tipos de equipos:

 

  1. Muestreadores pasivos: tienen como principio de funcionamiento la difusión de contaminantes hacia sensores de CO2, SO2 y NO2 conectados a un equipo de cómputo. Estos equipos son más utilizados por los gobiernos para el monitoreo de ciudades.
  2. Muestreadores activos: equipos que operan de manera manual y comúnmente utilizados por las empresas debido a que requieren conocer el grado de contaminación de sus actividades para evitar incumplir la legislación de cada país.

 

Los centros urbanos tienen índices más altos de contaminación en parte debido a que tienen más estaciones de monitoreo que las áreas rurales. Las zonas rurales, a pesar de no contar con procesos industrializados, producen emisiones en particular de CO2 y material particulado entre 2,5 y 0,1 micrómetros debido al uso de carbón, madera y otros combustibles en las casas para actividades como la cocción de alimentos.

 

Pese a las dificultades de los países para medir su contaminación, algunos han desarrollado estrategias para evaluar la calidad del aire de una manera holística, no sólo midiendo cada contaminante (CO2, SO2, NO2), sino también haciendo uso de la información de las estaciones de monitoreo y datos de meteorología. Éste es el caso de Perú, donde se utilizaron modelos predictivos en base a conceptos estadísticos para integrar la información de cada estación y así tener una lectura general (Delgado Villanueva & Loayza, 2020). En Colombia, grupos de investigación como CLIMA de la Universidad de la Salle, han hecho uso de sistemas libres como CMAQ, el cual es un software libre, con el que incluso han desarrollado capacitaciones en conjunto con Ecopetrol para formar a investigadores en el uso de esta herramienta.

 

Las mediciones manuales son muy difíciles de hacer. Los muestreadores manuales requieren colocarse a una altura específica, recolectarse muestras diarias y ser analizadas en el laboratorio. Por consiguiente, las industrias termoeléctricas, que generan altas concentraciones de CO2, han optado por utilizar modelos estadísticos que permitan predecir el comportamiento de los contaminantes para disminuir los costos y obtener información en tiempo real (Pontes & Rodríguez, n.d.).  En otros países como Cuba, han optado por utilizar datos de factores de emisión con base en el poder calorífico del petróleo, el carbón, el diésel y el gas. Adicionalmente, se tiene en cuenta la cantidad, el tipo de combustible y el tiempo de uso para generar inventarios de emisiones (Clara et al., 2020).  A nivel de software de medición de calidad del aire existen varias iniciativas, que pueden ser utilizadas de manera gratuita, contribuyendo a la comprensión del estado de la calidad del aire, entre ellas, el modelo Internacional de Emisiones Vehiculares (IVE), el cual fue creado para uso en países en desarrollo.

 

Colombia, como varios países de América Latina, empezó el desarrollo de sus sistemas de monitoreo a principios de los años 60, pero no por una razón ambiental si no por una razón de salud pública, en virtud a que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) incentivó la creación de redes de monitoreo de calidad del aire. Posteriormente, a finales de los años 90 se fortalecieron los monitoreos en las principales ciudades del país. A pesar del esfuerzo gubernamental aún falta más desarrollo en los sistemas de monitoreo.

 

Por lo tanto, como ciudadanos es importante tener acciones en pro de la sostenibilidad, como la cooperación en las mesas sectoriales que promueven las organizaciones no gubernamentales o los entes del gobierno, es decir ser activos socialmente. De igual forma, resulta fundamental contribuir con pequeñas acciones como utilizar medios alternativos de transporte (bicicleta o el transporte público). También, al momento de comprar productos, preferiblemente que sean de origen local, lo cual significa que el trayecto de transporte es corto y por lo tanto sus emisiones también. Por último, resulta fructífero apoyar las iniciativas de combustibles de origen vegetal para el funcionar de nuestros vehículos.

 

 

Referencias

 

Clara, V., Martín, M. O., Machado, A., Oca, M. De, Arbolaez, M. P., Pérez, I. M., … Alejo, D. (2020). Deterioro de la calidad del aire en la ciudad de Caibarién por el SO 2 , emitido de las fuentes fijas . Provincia Villa Clara , Cuba. 26(1).

Delgado Villanueva, A., & Loayza, A. A. (2020). Modelamiento y evaluación del nivel de calidad del aire mediante el análisis de Grey Clustering, estudio de caso Lima Metropolitana. Tecnia, 30(1), 114–120. https://doi.org/10.21754/tecnia.v30i1.588

Mayorga C., R. M. y A. D. (2020). Percepciones acerca de la contaminación del aire generada por el transporte urbano en Ambato, Ecuador. Revista ESPACIOS, 41(17), 11.

Morantes, G., Pérez, N., Santana, R., & Rincón, G. (2016). Revisión de instrumentos normativos de la calidad del aire y sistemas de monitoreo atmosférico: América Latina y el Caribe. Interciencia, 41(4), 235–242.

Pontes, A., & Rodríguez, D. G. (n.d.). SAGA : SISTEMA DE APOYO A LA DECISION PARA LA GESTION DE LA CALIDAD DEL AIRE. (1).

 

Índice de Calidad del Aire

Sergio Isaza

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